lunes, 3 de junio de 2019


Dolor

Que difícil es respirar cuando duele tu garganta por las ganas de llorar.

Que difícil es sonreír a varias personas cuando preferirías estar acurrucado y triste en soledad.

Qué difícil es intentar explicarle a alguien como te sientes cuando ni tú mismo lo entiendes.

Qué difícil se vuelve la vida al hacer que un sentimiento tan puro y hermoso como el amor se pueda convertir en algo cruel y doloroso.

A veces siento que el corazón es un plato de vidrio del cual muchas personas pueden servirse a comer, para al finalizar solamente dejarlo caer. Y así el plato se rompe, esparciéndose muchos pedazos en el piso.

Los corazones no juzgan, pues son de vidrio. Por eso los rompen y luego llega alguien a agarrar un trozo como si fuese lo más normal del mundo, y así mientras caminan por la calle arrojan ese pedazo al basurero y se olvidan de que alguna vez todo lo ofrecido fue con la intención de hacerlos felices.

Para algunos, los días siempre son tristes, aunque no esté lloviendo, aunque el sol este brillando, solo les provoca quejarse del frío. Del frío que sienten porque ya no son importantes en lo que consideraban era su vida. Del frío que sienten al darse cuenta que piensan en puras tonterías, porque no es que ya no sean importantes en esas vidas, es que nunca lo fueron y por eso están así.

 Mentiras.

Las mentiras dominaran al mundo.

No es quien dice la mentira, si no quien se la cree.  Es por aquellos que viven en un mundo de fantasía soñando con cosas que nunca pasaran en la realidad.

Que sería de una persona si no se siente amada por nadie.

Que sería de una persona si no escucha lo que en su mente siempre suena.

Las personas preferimos escuchar una dulce mentira a vivir en una dolorosa realidad.

Porque la realidad es que nadie va a amarte nunca como tú quieres ser amado y cuando alguien lo haga, por alguna mínima tontería será despreciado. Por eso sufrimos como unos idiotas.

Porque luego el plato se rompe y todos los pedazos son regados por diferentes basureros desconocidos. Así es como empezamos a buscar partes de corazones de otras personas para completar el nuestro. Pero la verdad que nadie te dice es que esos trozos, ya tengan forma cuadrada, redonda, triangular, rectangular, o cualquier otra; nunca encajaran con nuestro espacio vacío.

Y así es como sucede todo. Conocemos a alguien que está dispuesto a entregarnos una parte de sí mismo, solo para darnos cuenta de que no era lo que buscábamos. De que la pieza no encaja. Pero, en vez de regresar a devolver lo que no es nuestro ni nos sirve, preferimos botarlo a la basura.

Y al solo pensar en regresar para arreglar lo que destruimos, nuestra mente se nubla y solo se llena con la frase ‘‘De verdad, que flojera’’.

Luego, el mundo sigue su rumbo natural. Gira, gira y gira, aunque no se pueda notar. Aunque no sintamos la diferencia en nuestro cuerpo si hay un gran cambio con cada minuto que pasa.

Con cada minuto que pasa una persona está regalando un pedazo de una parte vital de sí mismo, sea un beso, sea un abrazo, sea una charla, lo que sea; al final se vuelve inservible.

En otra parte del mundo en este mismo instante, hay una persona intentando con todas sus fuerzas hacer que encaje un pedazo de corazón que le regalaron, en un hueco sin forma de tantos hoyos que tiene. Pero esa persona se frustra, llora, porque aunque lo desee con todo su ser, las formas nunca serán iguales, nunca tendrán el mismo tamaño, nunca tendrán el mismo volumen. Y esa persona se arrepiente con toda su alma de haber regalado tantas partes de sí mismo, por eso es que, molesto con la vida, va y lanza  a la basura la cosa que tiene en la mano que para él es inservible.

¿Pero quien sufre más que aquellos que se dan cuenta de lo tétrica y malvada que es la vida?

 Hecha como un juego donde hagas lo que hagas, sin importar lo que suceda siempre todos los jugadores van a perder. Donde se supone que el amor y la felicidad son el premio más deseado, pero nunca nadie llegara a alcanzarlos.

Y, aún a pesar de darse cuenta de este círculo vicioso y asfixiante; las personas realistas y centradas muy en el fondo sueñan con platos que nunca se rompen, partes que no se arrojan a la basura y en vez de eso se le devuelven a sus dueños; formas que aunque no encajen, son forzadas a entrar y quedan tan atoradas que nunca nadie será capaz de tirarlas.

Sin duda hay personas que sufren y lloran en silencio, que se sienten solas, que odian a todo el mundo y no quieren ofrecer ni un gramo de su corazón a nadie más.

Pero en secreto tienen la esperanza de amar y ser amados sin que nadie termine herido.

Dolor Que difícil es respirar cuando duele tu garganta por las ganas de llorar. Que difícil es sonreír a varias personas cuando pr...